Su canción «Je táime moi non plus» por prohibida en la España franquista, se convirtió en un himno sexual de los chavales que se calentaban con los gemidos y con mucha imaginación.

Por Tolo Payeras
elmundodetolopayeras.com

Palma.- Al enterarme ayer por televisión del fallecimiento de la cantante y actriz francesa Jane Birkin a los 76 años, me vinieron muchos recuerdos de la adolescencia en la mente.

Jane Birkin fue un verdadero icono sexual en los adolescentes de aquellos años, de unos muchachos con la testosterona por las nubes y que era imposible ver una teta ni por teléfono.

La prohibición ayudó mucho para que «Je táime moi non plus » fuera el himno sexual de aquellos chavales que no teníamos más que 14 o 15 años, a lo sumo 16, pero con una virilidad a tope, que la propia prohibición ayudaba a mantener.

No había más, a ello también ayudaba la imagen de Jane Birkin, una niña mona y con desparpajo que tan solo con los gemidos de la canción producía erecciones a todo un escuadrón de infantería, por mucho qué el régimen y los curas nos aleccionaran que escuchar aquello era un gran pecado.

La canción «Je táime moi non plus» en principio fue grabada por Briggitte Bardot, un icono sexual cinematográfico de aquellos años, pero la actriz se lo pensó mejor y no quiso lanzar al mercado la canción, lo que demuestra que en aquellos años, no tan solo era la dictadura franquista la que encontraba la canción demasiado arriesgada.

Finalmente la ofrecieron a Jane Birkin que era una actriz que empezaba su andadura como cantante y no vaciló ni un instante en grabar los gemidos más sexuales que se hayan podido escuchar en todo el planeta.

Estaba prohibida por el régimen, pero no había ningún chaval estudiante de bachillerato que no tuviera el vinillo de «Je táime moi non plus» a pesar, según los curas, del riesgo de irnos quemados al infierno. Yo mismo aún lo conservo como paño en oro. Son los recuerdos de una adolescencia que ya jamás volverá.